El rocío llora sobre el hilo que tejió la araña |
Vi tu cuerpo caer en el abismo.
Sentí un sudor frío en mi columna.
Escuché el silencio del descenso.
Tejí el hilo del que pendía tu vida.
La gravedad era mi enemiga.
El destino, mi hermanastro.
La confianza, mi aliada.
La fe desenrolló el abismo
y mutó en escarpada montaña.
La fe desvistió la pesadilla
y renació el sueño desnudo.
*****
El que cae desde una dicha bien cumplida,
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