lunes, septiembre 10, 2012

La luz sin llamas

El alquimista en busca de la piedra filosofal de Joseph Wright
Hennig Brand: El alquimista en busca de la piedra filosofal

18 de Julio

Wilhem, ¿qué sería sin amor el mundo para nuestro corazón? ¡Una linterna mágica sin luz! ¡Apenas pones la lamparilla aparecen sobre tu blanca pared imágenes de todos los colores! ¡Y aun cuando no fueran más que eso, fantasmas pasajeros, constituyen nuestra felicidad si los contemplamos como niños pequeños y nos extasiamos ante esas apariciones maravillosas! Hoy no he podido ver a Lotte, me retuvo una visita ineludible. ¿Qué hacer? Le envié mi criado solamente por tener a mi alrededor alguien que hoy hubiera estado cerca de ella. ¡Con qué impaciencia le estuve esperando, con qué alegría volví a verlo! Si no me hubiera dado vergüenza me habría gustado tomar su cabeza y la hubiera besado. 



Cuentan de la piedra de Bolonia que si se la pone al sol absorbe rayos y resplandece algún tiempo durante la noche. Lo mismo me sucedió a mí con el criado. La sensación de que los ojos de ella se habían posado en su rostro, en sus mejillas, en sus botones y en el cuello de su casaca ¡hacíamelo tan sagrado, tan valioso! En aquel instante no hubiera cambiado mi criado por mil táleros. ¡Me sentía tan a gusto en su presencia...! ¡Dios te libre de reírte! Wilhem, ¿será la felicidad producto de la fantasía?

Extracto de Las desventuras del joven Werther de Johann Wolfgang Von Goethe

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