martes, febrero 19, 2013

Encender la noche

Encender la noche de Ray Bradbury
¿Quién puede ver las estrellas con las luces encendidas?

Había una vez un muchachito a quien no le gustaba la Noche.

Le gustaban linternas y lámparas y antorchas y alumbrados y faros y faroles y velas y velones y relumbrones y relámpagos. Pero no le gustaba la noche.

Se lo veía en salones y sótanos y despensas y desvanes y alcobas y alacenas y escurriéndose por los corredores. Pero nunca se lo veía afuera. En la Noche.

No le gustaban para nada las llaves de luz. Porque las llaves de luz apagaban las lámparas amarillas, las lámparas verdes, las lámparas blancas, las lámparas del vestíbulo, las luces de la casa, las luces de todas las habitaciones. Él nunca tocaba las llaves de luz. Y jamás salía a jugar en la oscuridad.

Siempre estaba muy solo. Y muy triste. Pues veía, desde su ventana, a los otros chicos jugando sobre el césped en las noches de verano, corriendo felices allá afuera.

Pero nuestro muchachito ¿dónde estaba? Arriba en su cuarto. Con sus linternas y lámparas y faroles y candeleros y candelas. Completamente solo.

A él únicamente le gustaba el sol. El amarillo sol. A él no le gustaba la Noche.


*******

La emoción es la principal fuente de los procesos conscientes. 
No puede haber transformación de la oscuridad en luz 
ni de la apatía en movimiento sin emoción.
(Carl Gustav Jung)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.